viernes, 16 de noviembre de 2012

Saborear.

Todo lo que tengo que decir se resume simplemente en retomar desde diversos ángulos esa única idea, en adelante capital para nosotros, de saborear todo, sacarle jugo a cada instante.
Sin duda vamos a necesitar menos cosas, probablemente disminuirán nuestros contactos con la gente, pero vamos a disfrutar de algo nuevo: tiempo para apreciar las cosas y a las personas. El primer episodio de nuestro combate por un otoño mejor consistirá en liberar, en cada uno de los momentos que nos tocará vivir, todas sus posibilidades de colmarnos.
 Esta decisión de asumir en su totalidad la nueva vida en la que nos adentramos, no es demasiado corriente. Más bien nos acecha la tentación de jugar a prolongar el pasado. Nos aferramos a lo que éramos. Nos halagan palabras como éstas: "¡Qué joven se conserva todavía!" Se trata de un engaño, porque quienes nos las dicen, nos mantienen en un " todavía" ilusorio, precisamente cuando se trata imperativamente de avanzar hacia lo inédito de realidades nuevas.
¿Lo inédito! No es una broma; todo se nos va a presentar de forma diferente. Bueno o desagradable, pero diferente. Vamos a emprender una etapa nueva, y la mejor forma de hacerlo es permanecer abiertos y atentos al sabor de estos comienzos. A mis 75 añios me dieron un consejo que me hubiera gustado recibirlo a los 60: " sustituye tus impresiones de decaimiento y decrepitud por otras de exploración y descubrimiento".
¿Significa esto estar abocado a una ruptura demasiado brutal con lo vivido hasta el momento? ¡De ninguna manera! El excesivo apego al ayer suprimiría la lucidez para el ahora.
La preocupación por el mañana es igualmente el gran devorador del pan de nuestro " cada día".
Los cristianos sabemos que vamos avanzando hacia el término de nuestra vida, término que no es el cementerio, sino el cielo; ¡ y esto cambia todas las perspectivas de nuestro futuro! En cuanto al futuro inmediato, la cosa es clara: todo depende de la valoración que  demos a cada una de nuestras jornadas.
Adelantemonos desde ahora que vamos a experimentar muchos momentos felices, cada día, en cuanto aprendamos a sacarle jugo a todo. Aquí se sitúa el objetivo de esta serie de meditaciones, con una convicción como tela de fondo: las posibilidades son mucho mayores de las que imaginamos. Es lo que vamos a explorar en todos los ámbitos de nuestra nueva vida.
Sentiremos la satisfacción de poder permanecer mucho más tranquilos, bondadosos, los niños estarán encantados con nuestra dulzura y compresión. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario