sábado, 17 de noviembre de 2012

Estamos en la edad del esfuerzo continuo.

Estos carismas no se desperdiciarán del esfuerzo. Es una de las grandes lecciones de Tocqueville: El esfuerzo hacia afuera, y, más aún, hacia dentro de sí mismo es tan necesario, incluso mucho más necesario, conforme se va envejeciendo, que en la juventud.
Comparo al hombre en este mundo a un viajero que camina sin parar hacia una región cada vez más fría, y que necesita moverse tanto más cuanto más penetra en ella. La gran enfermedad del alma es el frío, y para combatir este temible mal, no sólo es preciso mantener en movimiento el espíritu con el trabajo, sino también con el contacto de los semejantes y los asuntos del mundo. Sobre todo en esta edad, no está permitido vivir de lo adquirido, sino esforzarse por nuevas adquisiciones sin permitirse un descanso.
Comenzaremos por el esfuerzo de estudiar lo que más nos concierne: el arte de luchar contra el envejecimiento, y los combates colectivos para devolver a la tercera edad su verdadero lugar. 
Los adultos mayores son los pioneros de una nueva edad que hay que inventar;la vejez actualmente es ante todo una victoria, es vivir más tiempo y mejor.
"el ser viejo no es suficiente para aprender lo que es la vejez, es preciso estudiarla".

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