domingo, 18 de noviembre de 2012

Adulto mayor.



¿Qué le queda al adulto mayor? ¿Qué le queda ahora que ha dejado de trabajar y se dedica a estar en su casa? ¿Qué le queda ahora que sus hijos han encontrado un nuevo hogar? Es sencillo, le quedan sueños por conseguir, le quedan muchas cosas por hacer, horas de estar con sus nietos y sonreír al notar que se alegran de verlo, le quedan cientos de libros por leer, cientos de cosas por soñar, le quedan miles de preocupaciones sobre el futuro de aquellos que un día dependieron de él, le quedan días de merecido descanso por las décadas de trabajo que tuvo en el pasado y gracias a las cuales podemos estar aquí, le quedan millones cosas por aprender, si, a pesar de lo sabio que la vida y el tiempo lo han vuelto, le queda adaptarse a una época que no es la suya pero no en un intento de ser moderno, sino con el sentimiento de poder ser auto suficiente y proteger de manera eficiente a sus descendientes; ¿Qué le queda al adulto mayor después de tantos años de sostener esta ciudad? ¿Qué le queda después de tanto esfuerzo por sacar adelante la esta sociedad? ¿Qué le queda ahora que ha cumplido su deber? Le queda enseñar todas esas cosas que ha aprendido y que siempre serán útiles, les queda el derecho de sonreír y ayudar en lo que puedan a la familia, pues aunque quizá ya esté jubilado es igualmente necesario para el núcleo familiar, le quedan noches de arropar a sus descendientes para una tibia velada y despertarnos a la siguiente mañana para que seamos capaces de aprovechar el nuevo día al máximo, le queda ser maestro de historia, contándonos a cada momento en que se lo permitimos, sus memorias que tanta sabiduría encierran, le queda ser abierto de mente, más que muchos de mi edad, le queda ser feliz amando a la naturaleza, amar a su familia y ser amado por ella, y es por eso que hoy lo acompaño al médico pues sé que no podré estar tranquilo sino estoy ahí cuando se dicte el veredicto, es por eso que le preparo la comida y procuro sentarme a su lado cuando come, por eso procuro escucharlo cuando quiera hablar, estar ahí cuando necesite de mí, y serle útil después de todo, de forma sutil él siempre sabe ser de ayuda, después de todo, el adulto mayor fue el que forjo los cimientos de todo, puso la primera piedra en el camino, puso en nuestras manos la pluma, y puso su alma en hacer un mejor futuro para nosotros.



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